Colombia es considerado como uno de los 12 países “megadiversos” del mundo, condición que se ve reflejada en la amplia variedad de ecosistemas representados en el territorio colombiano, desde páramos hasta bosques andinos, selvas húmedas tropicales, bosques secos, humedales, sabanas y zonas áridas (Romero et ál., 2008). Sin embargo, la mayoría de los ecosistemas naturales de Colombia han sido transformados y degradados por la deforestación, causada, entre otras cosas, por el establecimiento de cultivos ilícitos, el uso inadecuado del suelo en actividades agroindustriales, la producción agropecuaria, la minería a cielo abierto, el desarrollo urbano, la construcción de obras de infraestructura y la urbanización e introducción de especies que en algunos casos son invasoras, afectando el equilibrio de los sistemas ecológicos. Esta rápida conversión y deterioro de los ecosistemas originales ha generado pérdida de biodiversidad, disminución en calidad y cantidad de los recursos hídricos, degradación de los suelos y contaminación de aguas tanto marinas como continentales (Plan Nacional de Restauración, 2015).
Considerar la ecología en las prácticas de la restauración es fundamental desde las fases iniciales de cualquier intervención, ya que es necesario entender los procesos que ocurren en los diferentes componentes del ecosistema, como las interacciones entre la biota (flora – fauna – microorganismos), la geomorfología, los suelos, la hidrología, y los procesos que giran alrededor del uso de la tierra (naturales y antrópicos), que en conjunto determinan el estado actual del ecosistema. Los procesos históricos de transformación en el uso de la tierra, las condiciones actuales y las necesidades locales de las comunidades hacen que la restauración esté dirigida hacia diferentes objetivos: la restauración ecológica para iniciar o acelerar procesos de restablecimiento de un área degradada, en relación a su función, estructura y composición; la rehabilitación para recuperar la productividad y/o los servicios del ecosistema en relación con los atributos funcionales o estructurales; y la recuperación o reclamación para retornar la utilidad del ecosistema respecto a la prestación de servicios ambientales diferentes a los del ecosistema original, integrándolo ecológica y paisajísticamente a su entorno (Plan Nacional de Restauración, 2015).
Se llama restauración de ecosistemas al proceso que busca volver un ecosistema dañado, alterado o degradado, a su condición original, o por lo menos, a un estado cercano a como era antes de haber sufrido el daño. Restaurar, quiere decir reparar, recuperar, volver a su estado anterior lo que está dañado.
Ecos proviene del griego Oikos que significa casa. Por lo tanto, la restauración de ecosistemas podría entenderse como las acciones que conllevan a restaurar los sistemas de nuestra casa.
En síntesis, es el proceso que recupera las condiciones de estructura y funciones ecológicas originales de un ecosistema que fue degradado por las actividades humanas. Fuente: Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible- https://www.minambiente.gov.co/direccion-de-bosques-biodiversidad-y-servicios-ecosistemicos/restauracion-2/
El objetivo final de la restauración ecológica es recuperar los atributos esenciales que definen el ecosistema y le dan su identidad; por ejemplo, su composición, estructura y función, y que influyen en la cantidad y calidad de los servicios ecosistémicos que este provee (CIFOR, 2014).
Se definen tres (3) grandes objetivos de la restauración ecológica:
- Restauración Ecológica: restablecer el ecosistema degradado a una condición similar al ecosistema predisturbio respecto a su composición, estructura y funcionamiento. Además, el ecosistema resultante debe ser un sistema autosostenible y debe garantizar la conservación de especies, del ecosistema en general, así como de la mayoría de sus bienes y servicios.
- Rehabilitación ecológica: llevar al sistema degradado a un sistema similar o no al sistema predisturbio, éste debe ser autosostenible, preservar algunas especies y prestar algunos servicios ecosistémicos.
- Recuperación ecológica: recuperar algunos servicios ecosistémicos de interés social. Generalmente los ecosistemas resultantes no son autosostenibles y no se parecen al sistema predisturbio.
Tipos de Restauración:
Restauración Activa (restauración asistida)
La restauración activa es el proceso que logra rescatar las funciones naturales de los ecosistemas mediante la intervención humana y promover el desarrollo de los procesos de recuperación en aquellas áreas que perdieron sus mecanismos naturales de recuperación cuando estos han sido alterados o destruidos. De esta forma se les permite superar las barreras que impidan su regeneración natural.
La restauración activa permite mejorar y acelerar los procesos de regeneración natural en áreas degradadas.
Restauración Pasiva (restauración espontanea)
La restauración pasiva es el proceso mediante el cual los ecosistemas se recuperan por sí solos cuando no existen tensionantes o se eliminan las barreras que impiden su regeneración en un proceso conocido como restauración pasiva o sucesión natural. Por ello, una de las primeras acciones para recuperar un ecosistema es retirar esos factores que le impiden o dificultan su regeneración natural.
La herramienta de manejo del paisaje utilizada en este caso es el aislamiento o cercado, que consiste en el cierre parcial o total de un predio cuyo proceso de restauración está siendo adelantado de forma natural y no requiere de intervención humana.
Fuente: Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible – https://www.minambiente.gov.co/direccion-de-bosques-biodiversidad-y-servicios-ecosistemicos/restauracion-2/
La elección de RE activa o pasiva depende del diagnóstico ecológico del espacio, considerando las opciones más realistas y viables en el plazo de tiempo disponible, y desde un punto de vista ambiental, económico, social y científico-técnico. En la práctica, la restauración activa solo es recomendable cuando el grado de deterioro del ecosistema se encuentra por debajo del umbral que permite que su memoria ecológica se ponga en funcionamiento de forma natural y en un plazo de tiempo aceptable, siendo viable su auto-regeneración (Guía Práctica de Restauración Ecológica, 2018) – (disponible en https://ieeb.fundacion-biodiversidad.es/content/guia-practica-de-restauracion-ecologica)
Oportunidades para la restauración ecológica de carácter ambiental
• Aumento de biodiversidad. • Adaptación al cambio global, favoreciendo la resiliencia de los ecosistemas. • Favorecer la conectividad de ecosistemas y la generación de infraestructura verde. • Mejorar la gestión sostenible del territorio. • Uso eficiente de los recursos. • Incremento del capital natural y los servicios ecosistémicos.
Fuente: (Guía Práctica de Restauración Ecológica, 2018) – (disponible en https://ieeb.fundacion-biodiversidad.es/content/guia-practica-de-restauracion-ecologica)
Oportunidades para la restauración ecológica de carácter económico
• Integración del capital natural en la gestión económica y de las actividades. • Creación de empleo verde: nuevas fuentes de ingresos y nuevos nichos de mercado. • Oportunidades financieras. • Reducción de costes de mantenimiento y de ejecución. • Adaptación al cambio global para la sostenibilidad de la actividad económica. • Reducir los riesgos ambientales y sus efectos económicos negativos.
Fuente: (Guía Práctica de Restauración Ecológica, 2018) – (disponible en https://ieeb.fundacion-biodiversidad.es/content/guia-practica-de-restauracion-ecologica)
Oportunidades para la restauración ecológica de carácter social
• Respuesta a una demanda de una economía sostenible.
• Valor añadido a las poblaciones locales.
• Reconocimiento de los valores culturales e históricos.
• Mejora de la relación con los grupos de interés local y regional.
• Aumento de la implicación y participación social.
• Mejora del paisaje.
• Mejora de la aceptación social.
Fuente: (Guía Práctica de Restauración Ecológica, 2018) – (disponible en https://ieeb.fundacion-biodiversidad.es/content/guia-practica-de-restauracion-ecologica)
Etapas de un proyecto de Restauración:
De acuerdo con el (Plan Nacional de Restauración, 2015), se consideran las siguientes etapas para un proyecto de Restauración:
1. Planeación del proyecto de restauración
Es importante considerar que para los procesos de gestión y planeación ambiental se consideran las interrelaciones entre los diferentes componentes del paisaje, las actividades humanas y la calidad ecológica del mismo (Herrmann y Osinski, 1999), como bases fundamentales para el entendimiento de los patrones espaciales históricos, actuales y las aproximaciones de futuros escenarios, con el fin de elaborar estrategias adaptativas que permitan el desarrollo de procesos sostenibles tanto a escalas locales como regionales. Este tipo de planeación se basa en modelos a múltiples niveles y su interacción genera retroalimentación que muchas veces es clave para considerarse en las actividades de restauración (Twilley et ál., 1998).
2. Ejecución del proyecto de restauración
Se debe buscar siempre que las estrategias empleadas sean sencillas, prácticas, de fácil aplicación, económicas, de efectos verificables, y efectivas desde lo biológico y lo socioeconómico. Las estrategias de restauración diseñadas y establecidas tienen tres objetivos principales: incremento y mejoramiento del hábitat, incremento de la conectividad, y conservación de la biodiversidad; algunas de las estrategias comúnmente usadas son:
–Encerramiento del bosque: Tiene como propósito disminuir el impacto producido por el ganado en el interior del bosque, ya sea por apertura de caminos, compactación o por consumo o pisoteo de semillas y plántulas. Se recomienda usar cerca con cuatro hilos de alambre de púas calibre 12 y postes vivos con algunas especies locales.
–Enriquecimiento y suplementación del bosque: En ocasiones donde el disturbio ha reducido al mínimo la presencia de cobertura natural es necesario incluir una densidad suficiente de especies en las zonas afectadas, ya que se ha perdido la capacidad para colonizar. En éstos casos siempre se debe priorizar la inclusión de especies nativas del ecosistema, e incluso de la región, a restaurar y se deben usar distancias de siembra cortas (2 X 3 m), las densidades de siembra deben ser altas (i.e. 1666 pl/ha o superior) y siempre buscando la mayor diversidad posible (algunos proyectos a escala global usan de 40 a 80 especies locales diferentes, y siempre combinando especies de crecimiento rápido (pioneras), con las de crecimiento lento, se debe priorizar el uso de material vegetal local mediante el fortalecimiento de la cadena productiva en viveros comunitarios, cabe anotar que esto aplica a sistemas forestales, aún debemos avanzar en estrategias para otros ecosistemas, como sabanas y humedales, entre otros.
–Conectividad a través de cercas vivas: Las cercas vivas favorecen notoriamente la movilidad de algunas especies de fauna. En sistemas altamente transformados el papel de las cercas vivas es clave, pues para muchas especies de aves y murciélagos son los únicos puntos de descanso en travesías largas, así mismo se constituyen en una ruta segura para muchas especies y su uso como perchas promueve la germinación de semillas bajo la copa de los árboles. Se propone el establecimiento de cercas vivas en aquellos sectores en los que no existen y el fortalecimiento en sectores en los que se han perdido; las especies propuestas son las mismas que para los encerramientos, además de las que son recomendadas por los propietarios, por lo general son de rápido crecimiento y en algunos casos rebrotadoras.
–El rescate como estrategia de conservación de especies amenazadas y especies claves: El rescate de plántulas ha mostrado ser una estrategia de gran importancia en la conservación de especies amenazadas y especies con problemas de propagación, sin embargo su papel no se restringe a estos grupos, pues es también de importancia en el manejo de plántulas de especies pioneras ubicadas en lugares poco apropiados o creciendo en grandes concentraciones bajo la copa de los árboles parentales o bajo las perchas de aves y mamíferos.
–Establecimiento de barreras: El establecimiento de barreras busca disminuir los efectos de borde y facilitar la recuperación de la parte interna de los bordes de los bosques. Una barrera densa de árboles y arbustos nativos puede tener un efecto positivo al frenar corrientes de aire y disminuir los impactos sobre los bordes por radiación, incrementos de temperatura, lavado de nutrientes, erosión y compactación, entre otros. De igual manera permite que el interior del fragmento se recupere, y que fuentes de recursos para ganado (pasto, otras plantas consumidas) sean reemplazadas por otro tipo de especies de forraje.
El establecimiento de barreras en los bordes tiene efectos rápidos dependiendo de las especies empleadas, por lo que las especies pioneras son un grupo clave al mezclarlo con especies arbóreas capaces de soportar alta radiación. En algunos casos se pueden establecer barreras con especies maderables, lo cual se constituye posteriormente en una fuente de madera.
–Establecimiento de franja protectora de cuerpos de agua: El grado de fragmentación actual de los ecosistemas dificulta el restablecimiento de conectividad entre la mayoría de los fragmentos. El mecanismo más viable para restablecer alguna conectividad en muchos ecosistemas es a través de las franjas riparias de los ríos. Se proponen acciones rápidas que permitan el encerramiento y mejoramiento del hábitat en estos corredores riparios que son importantes para permitir niveles de conectividad y oferta de recursos apropiados.
–Redistribución de plántulas: En el caso de especies que pueden ser consideradas claves en procesos de restauración y conservación el manejo de plántulas o juveniles es definitivo, pues puede representar en muchos casos la única alternativa para la obtención de plantas. Una revisión detallada de la distribución de las plántulas y juveniles de las especies claves puede ser de importancia para definir estrategias de repoblamiento, enriquecimiento y rescate a través del movimiento de plántulas y juveniles dentro del mismo bosque. Esta herramienta busca el enriquecimiento del bosque a través del trasplante de individuos de especies claves dentro del mismo bosque, logrando una mejor distribución y evitando tasas de mortalidad por competencia.
3. Mantenimiento del proyecto de restauración
El mantenimiento es un conjunto de actividades determinantes para el éxito y la sostenibilidad de un proyecto de restauración. Las técnicas de restauración son diversas e incluyen desde labores biomecánicas de estabilización de suelos hasta revegetación de áreas con pérdidas de cobertura, por lo cual el mantenimiento de los proyectos de restauración dependerá del tipo de estrategia implementada.
Monitoreo de la restauración ecológica
El monitoreo es el proceso de identificar y medir, mediante el uso de indicadores, la respuesta del ecosistema y la gestión de las prácticas de restauración. El monitoreo es la base para evaluar el progreso hacia los objetivos y metas de la restauración, que además permite tomar decisiones sobre la efectividad, costos y aplicabilidad de las estrategias en diferentes ecosistemas y contextos (Douglas, 2002). Normalmente el éxito de un proyecto de restauración se evalúa basado en la presencia de ciertas especies, la densidad de las mismas y la biomasa o la cobertura vegetal.
Bibliografía:
- Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible- https://www.minambiente.gov.co/direccion-de-bosques-biodiversidad-y-servicios-ecosistemicos/restauracion-2/
- Plan Nacional de Restauración (Minambiente, 2015)
- Romero M., Cabrera E. Ortiz N. 2008. Informe sobre el estado de la biodiversidad en Colombia 2006-2007. Instituto de Investigación Alexander von Humboldt. Bogotá, D.C. Colombia. 186 p.
- Herrmann, S., y Osinski, E. 1999. Planning sustainable land use in rural areas at different spatial levels using GIS and modelling tools. Landscape and Urban Planning. 46: 93-101.
- Twilley, R., Rivera-Monroy, V., Chen, R., y Botero, L. 1998. Adapting an ecological mangrove model to simulate trajectories in restoration ecology. Marine Pollution Bulletin. 37 (8-12): 404- 419.
- La restauración ecológica en Colombia (CIFOR, 2014)
- Mola, I., Sopeña, A. y de Torre, R. (editores). 2018. Guía Práctica de Restauración Ecológica. Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica. Madrid. 77 pp (disponible en https://ieeb.fundacion-biodiversidad.es/content/guia-practica-de-restauracion-ecologica)